Esta semana leía, con bastante perplejidad, la noticia de que Microsoft había desarrollado y publicado la primera aplicación para el sistema operativo móvil Android, desarrollado principalmente por Google.
Microsoft y Google compiten ahora mismo en bastantes frentes, con distinto resultado: portales de búsquedas, correo web, herramientas ofimáticas,… y en sistemas operativos, fundamentalmente en móviles, ya que Google aún no ha liberado la primera versión de su sistema de escritorio. Por lo tanto, es cuando menos curioso que Microsoft desarrolle aplicaciones para el sistema operativo móvil de la competencia.
Tras instalar la aplicación y echarle un vistazo, tanto a la aplicación como a la tecnología, veo que la aplicación es, básicamente, un lector de códigos. Pero no de un código conocido y habitual, sino de un nuevo código, denominado Microsoft Tag, que la compañía de Redmond trata de implantar en el mercado, sustituyendo a los códigos QR (Quick Response Barcode), muy utilizados en Japón y que ya empiezan a ser habituales para referenciar a programas disponibles en el Market de Android, usando un software libre de lectura de códigos QR.
La diferencia entre esta tecnología de Microsoft y los códigos QR está en que utilizan un sistema basado en triángulos de colores y en que no almacenan apenas información en ellos, sino sólo un identificador con el que buscar más datos en los servidores de Microsoft, por lo que el dispositivo que lo utilice necesitará una conexión a Internet y dependerá de los servidores de Microsoft.
Si Microsoft quiere que esta tecnología triunfe tiene claro que deberá desarrollar software para la mayoría de sistemas operativos móviles, que es adonde está enfocada esta tecnología. Por ahora ya ha desarrollado clientes para los principales sistemas operativos del mercado: Android, Blackberry, iPhone, J2ME, Java 2 Micro Edition, PalmOS, Symbian S60, Symbian S60 1st Edit, Symbian S60 2nd Edit, Symbian S60 3rd Edit, Symbian S60 5th Edit, Windows Mobile y Windows Phone.
Ninguna compañía desarrolla software de forma desinteresada, y menos si es para incrementar el valor de la plataforma de uno de sus principales competidores.